
(Hechos 1:7).
Don Manuel disfrutaba de ir los fines de semana a su finca situada en el campo, a tres horas de la ciudad. Y buscaba siempre la ocasión para invitar a sus hijos, a sus nietos y a sus amigos, a deleitarse con uno de sus pasatiempos favoritos: cocinar. Él reía al contar en broma que a su esposa sólo la dejó entrar a la cocina el día en que la construyeron.
En uno de esos días familiares Manuel invitó a su casa campestre al joven pastor de su iglesia con su familia. Y mientras los chicos se divertían en la piscina su líder espiritual, al calor de un café, le confesó contrariado que cada que oraba por otras personas veía las respuestas de Dios, pero cuando oraba por sus propias peticiones, parecía que el Señor se demoraba mucho.
El anciano le dijo: “Mira, no soy ni teólogo ni predicador, el pastor eres tú, pero sí te voy a compartir una experiencia de hace años, cuando mi esposa Lilia y yo construíamos esta propiedad y vivíamos estrecheces económicas. Recuerdo que una vez ella se molestó conmigo porque compré un horno y me reclamó que ya tenía muchos.
A la mañana siguiente, después del devocional, vine y me senté a descongelar una carne en el microondas. Y me puse a pensar por qué Dios no hizo al mundo en un sólo día, sino en seis, teniendo el poder para hacerlo en un chasquido de dedos.
Y luego analicé si eso tenía algo que ver con el momento económico por el que pasaba. Y justo cuando reflexionaba en eso, me sonó la campana.
Literalmente porque el microondas completó su tiempo. Y no fue que se me apareció un ángel o que recibí una revelación, pero sí una respuesta que me tranquilizó. Te la comparto.
Cuando saqué la carne y me quedé mirando los otros cuatro hornos, me di cuenta que cuando quieres hacer algo de calidad, debes seguir un proceso. El microondas me podría cocer la carne, pero no me daría ni la calidad, ni el sabor, ni la textura, ni la presentación que quería.
Por eso tengo un horno de leña, para los asados. Y otro que es vertical. Y otro de barro para pizzas y panes. Y el eléctrico, para repostería. Cada uno tiene su uso. En Hechos 1:7 dice que de Dios son los tiempos y las sazones, los momentos y las ocasiones.
Él sabe en qué horno es que nos va a cocinar un milagro. Él hace todo con un propósito. Y lo que saboreamos hoy, mi esposa y yo, fue lo que el Señor nos preparó en su horno. ¿Puedes imaginarlo?”
Si quieres seguir recibiendo los “Devocionales en Pijama” cada día, en tu correo electrónico, o para que le llegue a un amigo, suscríbete a nuestro boletín gratuito en la parte superior derecha de esta página. Saber tu nombre, apellido y país, nos permitirá escribirte de manera personalizada y compartirte notas de interés en tu país.
Si quieres que seamos amigos en Facebook sólo marca “Me gusta” en la siguiente página: https://www.facebook.com/donizettibarrios
Ahora, si deseas disfrutar de buena música orgánica con sonido estéreo digital de alta resolución, da clic AQUÍ.
Tomado de:
“Devocionales en Pijama”
de Donizetti Barrios
Derechos reservados de autor.
Excelente!
HOLA DONIZETTI ME ENCANTA LEER TUS DEVOCIONALES Y ESTO GRACIAS AL LINK QUE TIENES CON CELESTIAL STEREO 104.1 GRACIAS POR TU TIEMPO, POR ESFORZARTE CADA DIA PARA LLEGAR A NUESTRO ENTENDIMIENTO PUES REVELAR Y COMPARTIR LA PALABRA DE DIOS EN LA FORMA COMO TU LA HACES REQUIERE DE PASCIENCIA SAPIENCIA Y MUCHO AMOR POR LAS ALMAS.
QUE DIOS TE BENDIGA A TI Y A TODA TU FAMILIA
DIOS TE BENDIGO TAMBIEN POR TU ABUNDANTE SABIDURIA.
excelente me encanto dtb hno….
Este devocional fue hecho para mi,porque estoy pasando senderos que nunca habia pasado en mi vida y ministerio,por favor le ruego sus oraciones.
Recien ahora, me estoy dando cuenta de ello, que increible!. Muchas gracias por todo. Muy buenos los devocionales. Saludos!
Donny como siepre el espiritu santo iluminandote para darme animo y consuelo.gracias gracias por tu debocional.
Hoy lo que hago Doni, es darme vuelta en ese “horno específico” del milagro que he solicitado, para que no quede crudo sino que bien sazonado.
Gracias! Mi amigo Doni,ahora con esta reflexión. Me siento ubicado,en cual horno me tiene EL SEÑOR!